04
Ene

Consejos para conducir con hielo, lluvia y niebla

Sabemos que las condiciones meteorológicas adversas, que son normales en esta época del año, son un factor de riesgo para la seguridad en las vías. La aparición de hielo, niebla y lluvia, así como la escasez de luz, constituye un factor que perturba la conducción.

Estar frente al volante en condiciones de visibilidad reducida o en asfalto deslizante es para muchos conductores una práctica arriesgada si no están acostumbrados a conducir bajo las inclemencias del tiempo.

Guía básica para conducir con hielo, lluvia o niebla

En los meses con las temperaturas más bajas te aconsejamos acondicionar el coche con neumáticos propios de invierno. Y es que gracias a los compuestos con los que están fabricados y a su diseño de banda de rodadura, te proporcionan una conducción más segura que los neumáticos tradicionales estando en temperaturas menores a 7ºC.

Queremos compartir contigo algunas opciones, según cada caso, para que puedas tenerlas en cuenta a la hora de conducir en invierno:

–        Conducir sobre hielo

El hielo es un elemento que genera inseguridad a los conductores. Esto ocurre al formarse esas traicioneras placas de hielo en la carretera que son difíciles de detectar con antelación. Además, el asfalto se transforma en una pista de patinaje, aumentando las posibilidades de ocasionar un accidente.

Así que, para evitar la pérdida del control del coche, debes levantar el pie del acelerador sin frenar y sujetar fuertemente el volante, evitando que las ruedas se pongan rectas al salir de la placa de hielo; así podrás corregir después la trayectoria.

–        Conducir con lluvia

En invierno disminuyen las horas de luz, así que es importante tener el control absoluto del coche. Al acercarnos a una curva o cuando percibamos que el vehículo que nos precede está frenando, tenemos que tocar el pedal de freno suavemente, puesto que con el suelo húmedo la distancia de frenado aumenta.

Asimismo, el cambio de dirección o de maniobra tiene que ser progresivo y muy suave para evitar reacciones imprevistas. Si los neumáticos resbalan por el aquaplaning no hay que frenar de golpe, ni hacer variación en la dirección del volante, solo levantar el pie del acelerador y sujetar firmemente el volante hasta que las ruedas retomen la adherencia.

–        Conducir con niebla

En estos casos hay que estar atentos a la iluminación. Es mejor no utilizar las luces largas, porque puede ser peligroso. La luz tan intensa que generan estos faros se refleja en la misma niebla y dificulta la visibilidad. Además puedes perturbar la visibilidad de los otros conductores, ya que les deslumbra.

Para estos casos debemos utilizar las luces de cruce y las antiniebla delanteras. Acciona las luces antiniebla traseras solo al atravesar bancos de niebla cerrados, de esta manera otros conductores no las confundirán con las de freno.

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Que no sea un problema conducir con hielo, lluvia o niebla, ten en cuenta nuestras recomendaciones y contáctanos en caso de presentarse una emergencia. ¡Te esperamos!